Durante los años treinta, Stalin instauró un sistema totalitario fundado en el control de la población, la represión contra cualquier disidencia, algo que fue especialmente significativo en el cruento proceso de la colectivización agraria, la planificación económica centralizada y la primacía de la industria pesada. Si bien la URSS consiguió una rápida industrialización, el coste humano fue enorme: el sistema de campos de concentración o Gulag es el mejor ejemplo de los sufrimientos del pueblo soviético.
Durante la guerra, a fin de suscitar la unidad patriótica contra el invasor alemán la represión disminuyó y miles de prisioneros fueron liberados. La victoria de 1945 llevó a Stalin al cenit de su popularidad, era el "Padre de la victoria".
Sin embargo, en cuanto aparecieron de nuevo las dificultades en la posguerra, como el hambre de 1946, el viejo dictador volvió a sus prácticas de terror: las deportaciones masivas al Gulag llevaron a que más dos millones y medio de personas fueran detenidas en muy corto tiempo.
En 1949, nació el COMECON (Consejo de Ayuda Mutua Económica), instituto multinacional que agrupaba a la URSS y a los países del Este con la excepción yugoslava que buscaba el fomento y la planificación de los intercambios comerciales entre los países del bloque. Hubo que esperar hasta 1960 para que este organismo funcionara con plenitud.
La URSS fue creando una red de alianzas que diera coherencia a su bloque. No obstante, esta red fue mucho menos densa y tardó más en consolidarse. El gobierno de Moscú fue firmando Acuerdos bilaterales con las "democracias populares" y con la China comunista de Mao.
Hubo que esperar a que pasaran dos años de la muerte de Stalin para que, con la ocasión del ingreso de la RFA en la OTAN, naciera en 1955 el Pacto de Varsovia, alianza militar que unió a la URSS con todos los países europeos del bloque comunista con la excepción de Yugoslavia. Se calcula que las fuerzas militares del Pacto ascendían a 6 millones de soldados con un armamento altamente homologado. El mando unificado de estas tropas quedó en manos de un general soviético.
domingo, 3 de julio de 2011
GUERRA FRÍA: BLOQUEO A BERLÍN
La crisis de Berlín y la partición de Alemania
La antigua capital del Reich había sido dividida en cuatro zonas de ocupación y se hallaba situada en el corazón de la zona de ocupación soviética. Las crecientes discrepancias entre los antiguos aliados hicieron de la cuestión de Berlín uno de los temas clave de la guerra fría.
El Golpe de Praga aceleró el enfrentamiento ya iniciado anteriormente sobre la cuestión alemana. Abandonadas las negociaciones para acordar un status político común a la Alemania ocupada tras el fracaso de la Conferencia de Londres en 1947, los representantes de EE.UU., Gran Bretaña y Francia se reunieron y alcanzaron los Acuerdos de Londres (abril-junio de 1948) para iniciar un proceso constituyente en sus zonas de ocupación.
El 18 de junio de 1948, los aliados occidentales dieron un paso más creando una nueva moneda para sus zonas de ocupación: el Deutschemark. Los soviéticos reaccionaron aplicando una reforma en su zona en la que incluyeron a la ciudad de Berlín, a la que consideraban parte integrante de la zona soviética. Cuando los occidentales trataron de introducir el Deutschemark en sus zonas de ocupación de Berlín. Las protestas soviéticas se tornaron en actos: se inició el bloqueo de Berlín. Mediante la interrupción de toda comunicación terrestre entre las zonas de ocupación occidentales y Berlín occidental, Stalin confiaba en que Berlín oeste caería como una fruta madura en sus manos.
La reacción occidental sorprendió al dictador soviético. Los norteamericanos, con una pequeña ayuda británica, organizaron un impresionante puente aéreo que durante once meses y mediante más 275.000 vuelos consiguió abastecer a la población sitiada. Al mismo tiempo, la Casa Blanca hacía saber al Kremlin que no dudaría en usar la fuerza para hacer respetar los "corredores aéreos" que unían Berlín con la Alemania occidental. Stalin había subestimado las posibilidades del transporte aéreo y la resolución occidental a hacerle frente: el 12 de mayo de 1949 levantó el bloqueo de Berlín.
La antigua capital del Reich había sido dividida en cuatro zonas de ocupación y se hallaba situada en el corazón de la zona de ocupación soviética. Las crecientes discrepancias entre los antiguos aliados hicieron de la cuestión de Berlín uno de los temas clave de la guerra fría.
El Golpe de Praga aceleró el enfrentamiento ya iniciado anteriormente sobre la cuestión alemana. Abandonadas las negociaciones para acordar un status político común a la Alemania ocupada tras el fracaso de la Conferencia de Londres en 1947, los representantes de EE.UU., Gran Bretaña y Francia se reunieron y alcanzaron los Acuerdos de Londres (abril-junio de 1948) para iniciar un proceso constituyente en sus zonas de ocupación.
El 18 de junio de 1948, los aliados occidentales dieron un paso más creando una nueva moneda para sus zonas de ocupación: el Deutschemark. Los soviéticos reaccionaron aplicando una reforma en su zona en la que incluyeron a la ciudad de Berlín, a la que consideraban parte integrante de la zona soviética. Cuando los occidentales trataron de introducir el Deutschemark en sus zonas de ocupación de Berlín. Las protestas soviéticas se tornaron en actos: se inició el bloqueo de Berlín. Mediante la interrupción de toda comunicación terrestre entre las zonas de ocupación occidentales y Berlín occidental, Stalin confiaba en que Berlín oeste caería como una fruta madura en sus manos.
La reacción occidental sorprendió al dictador soviético. Los norteamericanos, con una pequeña ayuda británica, organizaron un impresionante puente aéreo que durante once meses y mediante más 275.000 vuelos consiguió abastecer a la población sitiada. Al mismo tiempo, la Casa Blanca hacía saber al Kremlin que no dudaría en usar la fuerza para hacer respetar los "corredores aéreos" que unían Berlín con la Alemania occidental. Stalin había subestimado las posibilidades del transporte aéreo y la resolución occidental a hacerle frente: el 12 de mayo de 1949 levantó el bloqueo de Berlín.
La crisis de Berlín creó un sentimiento fuerte de solidaridad entre los alemanes occidentales y los norteamericanos. Esta situación facilitó la culminación de la partición de Alemania: las tres zonas occidentales se constituyeron en la República Federal de Alemania que se dotó de una Ley Fundamental el 8 de mayo de 1949. Esta constitución establecía una sistema liberal democrático y contó con el visto bueno de las potencias occidentales. La URSS reaccionó en octubre con el establecimiento en su zona de ocupación de la República Democrática de Alemania, un estado creado siguiendo el modelo de las "democracias populares".
Esta partición de Alemania era la concreción en el corazón de Europa de la división bipolar del mundo: sólo unos días antes, el 4 de abril de 1949, se firmaba el Washington el Tratado del Atlántico Norte que daba nacimiento a la OTAN. Nos ocuparemos más adelante del nacimiento de esa estructura bipolar que caracterizó al mundo durante el período de la guerra fría.
Esta partición de Alemania era la concreción en el corazón de Europa de la división bipolar del mundo: sólo unos días antes, el 4 de abril de 1949, se firmaba el Washington el Tratado del Atlántico Norte que daba nacimiento a la OTAN. Nos ocuparemos más adelante del nacimiento de esa estructura bipolar que caracterizó al mundo durante el período de la guerra fría.
GUERRA FRÍA....PRIMERAS MEDIDAS.
La Gran Alianza que había derrotado al Eje en una cruenta guerra de casi seis años se rompió en el corto plazo de unos meses. La guerra fría entre Estados Unidos y el bloque que dirigirá y la URSS y sus aliados marcará la escena internacional por casi medio siglo.
La ruptura no fue sin embargo inmediata ni inevitable. Roosevelt había soñado en Yalta un mundo en el que las dos superpotencias que surgían de la guerra, los EE.UU. y la URSS, pudiera colaborar pese a representar sistemas económicos, políticos e ideológicos tan diferentes. Stalin necesitaba la cooperación de las otras grandes potencias para reconstruir su país y contaba con la colaboración norteamericana para la cuestión de las reparaciones alemanas.
Las potencias vencedoras mantuvieron también por poco tiempo diversas acciones comunes: los Juicios de Nüremberg que significaron el juicio y condena de los altos dignatarios nazis acusados de crímenes contra la humanidad o los tratados de paz de París firmados en 1947 con los antiguos aliados de Alemania e Italia son ejemplos de ello.
1946: el creciente enfrentamiento
El ambiente enrarecido que ya se había empezado a respirar en la Conferencia de Potsdam terminó por aflorar claramente en 1946.
La ruptura no fue sin embargo inmediata ni inevitable. Roosevelt había soñado en Yalta un mundo en el que las dos superpotencias que surgían de la guerra, los EE.UU. y la URSS, pudiera colaborar pese a representar sistemas económicos, políticos e ideológicos tan diferentes. Stalin necesitaba la cooperación de las otras grandes potencias para reconstruir su país y contaba con la colaboración norteamericana para la cuestión de las reparaciones alemanas.
Las potencias vencedoras mantuvieron también por poco tiempo diversas acciones comunes: los Juicios de Nüremberg que significaron el juicio y condena de los altos dignatarios nazis acusados de crímenes contra la humanidad o los tratados de paz de París firmados en 1947 con los antiguos aliados de Alemania e Italia son ejemplos de ello.
1946: el creciente enfrentamiento
El ambiente enrarecido que ya se había empezado a respirar en la Conferencia de Potsdam terminó por aflorar claramente en 1946.
En enero se produjo un primer encontronazo en la ONU cuando la delegación iraní protestó por la prolongación de la ocupación soviética de sus provincias septentrionales, continuación que violaba un acuerdo firmado por los Aliados durante la guerra. La dura reacción norteamericana consiguió que la URSS se retirara a los pocos meses.
En febrero, además de descubrirse una red de espías soviéticos en Canadá, Stalin pronunció un duro discurso en Moscú en el que no dudó en afirmar que el capitalismo y el comunismo eran "incompatibles" y que la URSS debía prepararse para un período de rearme.
El 5 de marzo de 1946, Churchill visitó los EE.UU. y pronunció un célebre discurso en la universidad de Fulton, en el estado de Missouri. El veterano político británico consagró la expresión "telón de acero" para referirse a la frontera que separaba a la Europa dominada por el ejército soviético del resto.
La Doctrina Truman
En febrero de 1947 una alarmante nota del gobierno británico llegó a Washington. En ella se informaba a Truman y a su nuevo Secretario de Estado, George Marshall, de que el gobierno de Londres era incapaz de continuar apoyando al gobierno conservador de Atenas en su lucha contra las guerrillas comunistas griegas. También comunicaba que la nota que Gran Bretaña era incapaz de seguir ayudando financieramente a Turquía.
Los norteamericanos reaccionaron vivamente a esta nueva amenaza. Conscientes de que las zonas bajo dominio soviético eran "irrecuperables", optan por implicarse activamente en la defensa del sur y del oeste del continente. En un discurso pronunciado el 12 de marzo en el Congreso, Truman no solo demandó la aprobación de una ayuda de 400 millones de dólares para Grecia y Turquía, sino que se sentó una verdadera doctrina de política exterior, la Doctrina Truman. Afirmando que EE.UU. ayudaría a cualquier gobierno que hiciera frente a la amenaza comunista, el presidente norteamericano proclama la voluntad de su país de aplicar una política de contención del comunismo ("containment").
Esta nueva voluntad estadounidense tenía su principal desafío en Europa occidental. Aquí la recuperación tras la devastación de la guerra estaba siendo muy lenta o inexistente lo que favorecía la agitación y la propaganda comunista. Francia e Italia tenían poderosos partidos comunistas que podrían ser la base de la expansión soviética al occidente del continente. El nuevo ambiente de enfrentamiento provocó la expulsión de los ministros comunistas que participaban en gobiernos de coalición en París, Roma y Bruselas en el período de marzo a mayo de 1947.
El Plan Marshall
Esta medida no era, sin embargo, suficiente. Para contener al comunismo era necesario poner las condiciones económicos que impidieran su expansión. Así, el 5 de junio de 1947 en un discurso en la universidad de Harvard, el secretario de estado, George Marshall, anunció el Programa de Recuperación Europeo (European Recovery Program), conocido popularmente como el Plan Marshall.
Se trataba de un masivo programa de generosa ayuda económica para Europa. Aunque el Plan servía claramente a los intereses diplomáticos y de potencia de EE.UU., lo que Churchill calificó, quizá exageradamente, como "el acto menos sórdido de la historia", supuso una extraordinaria inyección de ayuda económica que permitió la acelerada recuperación de Europa occidental.
Washington ofreció la ayuda a todos los países europeos, aunque determinó que para recibirla era necesario crear mecanismos de colaboración económica entre los beneficiarios. Este hecho precipitó la negativa de Stalin a aceptar el Plan, forzando a los países que habían caído bajo su esfera de influencia a rechazar la ayuda. El Plan Marshall vino a dividir a Europa en dos: la occidental que va a iniciar un rápido crecimiento económico y la oriental, sometida a la URSS, y que va a tener grandes dificultades de desarrollo. La excepción a esta regla fue la España de Franco, a la que se negó la ayuda por el carácter fascista de su régimen político.
A la vez que EE.UU. lanzaba estaba masiva operación de ayuda, la administración de Truman creó los instrumentos institucionales de la guerra fría al aprobar en julio de 1947 la Ley de Seguridad Nacional por la que se creaban la CIA y el Consejo de Seguridad Nacional.
En febrero de 1947 una alarmante nota del gobierno británico llegó a Washington. En ella se informaba a Truman y a su nuevo Secretario de Estado, George Marshall, de que el gobierno de Londres era incapaz de continuar apoyando al gobierno conservador de Atenas en su lucha contra las guerrillas comunistas griegas. También comunicaba que la nota que Gran Bretaña era incapaz de seguir ayudando financieramente a Turquía.
Los norteamericanos reaccionaron vivamente a esta nueva amenaza. Conscientes de que las zonas bajo dominio soviético eran "irrecuperables", optan por implicarse activamente en la defensa del sur y del oeste del continente. En un discurso pronunciado el 12 de marzo en el Congreso, Truman no solo demandó la aprobación de una ayuda de 400 millones de dólares para Grecia y Turquía, sino que se sentó una verdadera doctrina de política exterior, la Doctrina Truman. Afirmando que EE.UU. ayudaría a cualquier gobierno que hiciera frente a la amenaza comunista, el presidente norteamericano proclama la voluntad de su país de aplicar una política de contención del comunismo ("containment").
Esta nueva voluntad estadounidense tenía su principal desafío en Europa occidental. Aquí la recuperación tras la devastación de la guerra estaba siendo muy lenta o inexistente lo que favorecía la agitación y la propaganda comunista. Francia e Italia tenían poderosos partidos comunistas que podrían ser la base de la expansión soviética al occidente del continente. El nuevo ambiente de enfrentamiento provocó la expulsión de los ministros comunistas que participaban en gobiernos de coalición en París, Roma y Bruselas en el período de marzo a mayo de 1947.
El Plan Marshall
Esta medida no era, sin embargo, suficiente. Para contener al comunismo era necesario poner las condiciones económicos que impidieran su expansión. Así, el 5 de junio de 1947 en un discurso en la universidad de Harvard, el secretario de estado, George Marshall, anunció el Programa de Recuperación Europeo (European Recovery Program), conocido popularmente como el Plan Marshall.
Se trataba de un masivo programa de generosa ayuda económica para Europa. Aunque el Plan servía claramente a los intereses diplomáticos y de potencia de EE.UU., lo que Churchill calificó, quizá exageradamente, como "el acto menos sórdido de la historia", supuso una extraordinaria inyección de ayuda económica que permitió la acelerada recuperación de Europa occidental.
Washington ofreció la ayuda a todos los países europeos, aunque determinó que para recibirla era necesario crear mecanismos de colaboración económica entre los beneficiarios. Este hecho precipitó la negativa de Stalin a aceptar el Plan, forzando a los países que habían caído bajo su esfera de influencia a rechazar la ayuda. El Plan Marshall vino a dividir a Europa en dos: la occidental que va a iniciar un rápido crecimiento económico y la oriental, sometida a la URSS, y que va a tener grandes dificultades de desarrollo. La excepción a esta regla fue la España de Franco, a la que se negó la ayuda por el carácter fascista de su régimen político.
A la vez que EE.UU. lanzaba estaba masiva operación de ayuda, la administración de Truman creó los instrumentos institucionales de la guerra fría al aprobar en julio de 1947 la Ley de Seguridad Nacional por la que se creaban la CIA y el Consejo de Seguridad Nacional.
LA GUERRA FRÌA
El término "guerra fría" fue por primera vez utilizado por el escritor español Don Juan Manuel en el siglo XIV. En su acepción moderna fue acuñado por Bernard Baruch, consejero del presidente Roosevelt, quién utilizó el término en un debate en 1947 y fue popularizado por el editorialista Walter Lippmann.
Este concepto designa esencialmente la larga y abierta rivalidad que enfrentó a EE.UU. y la Unión Soviética y sus respectivos aliados tras la segunda guerra mundial. Este conflicto fue la clave de las relaciones internacionales mundiales durante casi medio siglo y se libró en los frentes político, económica y propagandístico, pero solo de forma muy limitada en el frente militar.
El motivo de que la "guerra fría" no se convirtiera en "caliente" fue la aparición del arma nuclear. Antes de la bomba, la guerra era, como afirmó Clausewitz, la continuación de la política por otros medios, tras Hiroshima, la confrontación directa entre las potencias llevaba a la catástrofe general.
Los crecientes arsenales nucleares que las superpotencias fueron acumulando impidieron una guerra directa que nadie hubiera ganado, sin embargo, EE.UU. y la URSS y sus aliados utilizaron la intimidación, la propaganda, la subversión, la guerra local mediante aliados interpuestos...
Iniciada de forma clara y definitiva en 1947, tras un rápido proceso de deterioro en las relaciones de los antiguos aliados, la guerra fría alcanzó su cenit en 1948–53. Tras diversos períodos de distensión y enfrentamiento, la llegada de Gorbachov al poder en la URSS desencadenó un proceso que culminará con la desintegración de la URSS en 1991. La guerra fría había concluido.
Este concepto designa esencialmente la larga y abierta rivalidad que enfrentó a EE.UU. y la Unión Soviética y sus respectivos aliados tras la segunda guerra mundial. Este conflicto fue la clave de las relaciones internacionales mundiales durante casi medio siglo y se libró en los frentes político, económica y propagandístico, pero solo de forma muy limitada en el frente militar.
El motivo de que la "guerra fría" no se convirtiera en "caliente" fue la aparición del arma nuclear. Antes de la bomba, la guerra era, como afirmó Clausewitz, la continuación de la política por otros medios, tras Hiroshima, la confrontación directa entre las potencias llevaba a la catástrofe general.
Los crecientes arsenales nucleares que las superpotencias fueron acumulando impidieron una guerra directa que nadie hubiera ganado, sin embargo, EE.UU. y la URSS y sus aliados utilizaron la intimidación, la propaganda, la subversión, la guerra local mediante aliados interpuestos...
Iniciada de forma clara y definitiva en 1947, tras un rápido proceso de deterioro en las relaciones de los antiguos aliados, la guerra fría alcanzó su cenit en 1948–53. Tras diversos períodos de distensión y enfrentamiento, la llegada de Gorbachov al poder en la URSS desencadenó un proceso que culminará con la desintegración de la URSS en 1991. La guerra fría había concluido.
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